Mi Socorro Viene del Señor

Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada Salmo 121 Alzare mis ojos a los monte, de donde vendrá mi socorro. El que canta aquí ya no mira a los calumniadores que le atormentaba, sino al Señor, que lo vio todo desde las alturas y estaba dispuesto a derramar socorro a este ultrajado. Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. Antes destruirá el cielo y la tierra que permitir que sea destruido su pueblo.Hemos de mirar más alla del ciela y de la tierra hacia El; es sabio confiar en el creador. No dejará que tu pie titubee. En los caminos resnaladizos de una vida atribulada y afligida, el poder ser sostenidos es de un valor inapreciable, porque un solo paso falso podria ser causa de una caída peligrosa. Ni se dórmira el que te guarda. Dios es quien nos guarda. Seguros estamos en los peligro, por que el esta despierto tambien y no permitira que seamos atrapados desprevenidos. Podemos Dormir seguros, por que nuestro Dios esta siempre despierto. Un capitan estaba al mando de su barco navegando de Liverpool a Nueva York, y en este barco llevaba a toda su familia. En la noche un fuerte viento soprendio al barco con fuertes olas que lo inclinaba, sacudia y derribaba todo lo que hacia suelto. Todos se despertaron si se prepararon para la emergencia. La hija de capitan qu etenia ocho años igualmente se desperto y pregunto que era lo que pasaba. Le dijeron que el barco estaba en un atormenta, y dije que si su padre estaba en cubierta, le contestaron que si. Entonces la niña volvio a acostarse a dormir quedando dormida a pesar del viento y las olas. Asi es el que nos guarda. Jehova es tu guardián. Podemos seguir adelante y no tenemos que temer; podemos viajar por el valle de sobra de muerte sin temer mal alguno. Tu sombra a tu mano derecha siempre presnte. Nadie esta tan seguro como aquel a quien Dios guarda; nadie esta en tal peligro como el que se guarda a si mismo. Desde ahora y para siempre. No me ha conducido tan tiernamente hasta aqui para olvidarme a la misma entrada de la puerta del cielo.